Desde que era chico y estudiaba para Contador mi papá me incentivó a trabajar de forma independiente. Me contrataba para que haga la liquidación impositiva de su asistente dental cómo forma de motivación, y me insistía para que consiga otros clientes.
Él valoraba mucho esa libertad que te da el trabajo independiente, no tener jefes, ni horarios, por más que siempre advertía de sus altibajos. Solía citar un refrán: "Más vale ser cabeza de ratón, que cola de León."
Pero a mi nunca me fascinó el trabajo típico del Contador. Lo que sí me apasionaron siempre fueron los emprendimientos.
Y hoy, después de años de trabajar en relación de dependencia, veo cómo el trabajo independiente requiere un conjunto de habilidades totalmente nuevo.
Hace casi un año atrás me di cuenta que mi organización iba a tener que ser radicalmente distinta, desde a que hora levantarme a la mañana, hasta la forma de organizar mis tareas del día.
Entones empecé a trabajar en ese proceso, visualizando mi día a día, cómo definiría mis objetivos, cuánto tiempo le dedicaría a cada tarea, etc.
Cuando uno tiene la seguridad del ingreso fijo, simplemente tiene que administrar sus gastos para llegar a fin de mes, pero cuando no se trata simplemente de cumplirle a un jefe y los ingresos del mes no los sabemos, entonces las reglas del juego cambian.
Entonces, la pregunta del millón!
¿Cómo hacer ese salto desde la relación de dependencia, sin tener miedo a la escasez de ingresos?
3 CLAVES
# AHORROS SUFICIENTES
Hace muchos años, un colega, me contó que él para independizarse decidió juntar 12 meses de ahorros antes de poner su estudio.
Lamentablemente no le hice mucho caso.
Sin embargo, en lugar de ahorrar decidí invertir. Invertir en mi educación fue siempre mi principal objetivo, esperando que los ingresos eventualmente lleguen.
Pero para dar el salto a la independencia, tener ahorros suficientes para cubrir una cantidad de meses sin ingresos es esencial.
Es esperable que surjan imprevistos en el camino, y no tener un colchón en el cual respaldarse pueden generar estrés y una presión innecesaria que atente contra nuestro objetivo.
Cómo conservar esos ahorros, en un país con tanta inflación, y siendo caro el ahorro en otra moneda, es un desafío adicional.
# GASTOS FIJOS BAJOS Y CONTROLADOS
Si no vamos a tener la certeza de nuestros ingresos, al menos debemos tener la certeza de nuestros gastos.
Tener gastos fijos bajos nos facilitará primero obtener ahorros, y luego sustentarnos económicamente en caso de consumir esos ahorros.
Pero también van a fijar nuestra necesidad de ingresos en un nivel más bajo, por lo tanto, van a permitir que lograr la independencia sea más accesible.
Conocer nuestros gastos para poder estimarlos es determinante, sobre todo si estamos acostumbrados a un sueldo fijo y gastar hasta quedarnos sin nada. El registro de cada gasto, y la organización en categorías va a ser esencial para pasar a tener un control de los mismos.
# CAPACIDAD DE GENERAR INGRESOS
Pero sobre todo, el desafío pasa por tener ideadas alternativas para generar ingresos, para tener confianza en que si nos embarcamos en un sendero de crecimiento y desarrollo, entonces eventualmente vamos a tener esas formas de generar suficientes ingresos.
¿Cuáles pueden ser esas fuentes de ingresos?
Por un lado puede ser por medio de una renta, dónde nuestro trabajo activo no sea necesario, cómo tener alguna inversión en un fondo de inversión, un plazo fijo en un banco, quizá obteniendo la renta de un alquiler.
Pero también debemos pensar nuestras opciones sobre cómo administrar nuestro día a día para generar ingresos. Un ejemplo podría ser, para una diseñadora de indumentaria lanzar su marca por un lado, y dar clases en la facultad por otro lado, o trabajar part time, y el resto del tiempo dedicarse a su marca.
También nos puede ayudar definir un valor económico a nuestra hora de trabajo, y organizar nuestras actividades en función de ese valor, para saber que hacer nosotros, y qué delegar en terceros.
EN CONCLUSIÓN...
No dejemos de ver los progresos, los aprendizajes del camino, y valorarlos.
Si queremos ser exitósos en nuestra transición a la independencia, no hace falta que corramos riesgos innecesarios.
No es necesario dejar el trabajo en relación de dependencia prematuramente, hasta tanto varias de éstas prácticas hayan sido puestas en marcha, y se pueda contar con una organización tanto de nuestra economía, cómo nuestros hábitos, que nos permita planificar un futuro.
El camino inicial es arduo, pero la independencia puede ser muy gratificante.
Y ese es nuestro propósito con Gestión Moda, ofrecerles las herramientas que faciliten esa transición a la independencia, pero de forma sustentable.
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